Graduado de la sede Cuenca lleva la educación salesiana a la selva del Perú

Cuenca, viernes 23 febrero 2024
Xavier Sicha comparte con niños y niñas  momento de diversión y alegría
Xavier Sicha comparte con niños y niñas momento de diversión y alegría

 

Xavier Sicha, graduado de la carrera de Psicología de la Universidad Politécnica Salesiana (UPS) sede Cuenca, emprendió una noble misión en el voluntariado internacional en la selva de Perú donde realiza actividades de misiones salesianas en comunidades remotas. En la Universidad descubrió los grupos ASU y se pudo formar como coordinador en el grupo de tutorías a estudiantes de la carrera de Psicología y a la par en el área de pastoral. “Al terminar el colegio pude realizar el voluntariado de la familia salesiana lo cual marcó una fuerte convicción en mi decisión de vida hacia mi carrera profesional y personal.”

 

Xavier, actualmente se encuentra en la ciudad de San Lorenzo (nororiente de Perú); para llegar a este sitio es necesario realizar una travesía desde Lima a la ciudad de Yurimaguas por casi 23 horas de viaje por carretera y desde Yurimaguas hasta San Lorenzo se realiza un embarque por 9 horas en bote.

 

Algo interesante es que, en el 2026, los salesianos cumplirán 25 años de trabajos misioneros en esta ciudad. Xavier brinda acompañamiento psicológico y también se encarga de realizar el oratorio festivo, con el que realiza visitas y mantiene contacto en la selva profunda con 7 comunidades con las trabaja en actividades pastorales, lúdicas y educativas.

 

“A lo largo de mi vida he sentido la cercanía de Dios en mi vida a través de mi familia. Desde niño, en Limón Indaza participaba activamente de las acciones de la iglesia la cual fue marcada al conocer a los salesianos y desde ahí supe que ese carisma nuevo para mí sería trascendental en mi formación y opción de vida, he podido participar en oratorios, grupos juveniles, catecismo, música y más”.

 

Su testimonio nos motiva a seguir contribuyendo con acciones concretas para el bienestar de los más necesitados, recordándonos que cada pequeño gesto puede marcar una gran diferencia.